David Amaro, de 48 años, es ingeniero y tiene una vida laboral extenuante, que no le permite comer a sus horas ni dormir adecuadamente. Hace tres meses empezó a sentir una sed y hambre intensa, acompañado de una sistemática fatiga, micción frecuente y una visión borrosa que lo llevaron a acudir al hospital.
Tras realizarse estudios de laboratorio, el médico le dio el diagnóstico: Diabetes Mellitus tipo 2, la forma más común de diabetes.
¿QUÉ ES?
Es un padecimiento crónico que surge cuando el páncreas deja de fabricar insulina suficiente y las células del cuerpo humano no responden al estímulo de dicha sustancia.
Es decir, el músculo, las células grasas e hígado no usan adecuadamente la insulina. Y para que la glucosa pueda ingresar en las células, el cuerpo requiere más insulina.
Para cubrir el aumento de la demanda, el páncreas se encarga de producirla, pero con el tiempo deja de fabricarla de manera suficiente, por lo que aumentan los niveles de glucosa en la sangre.
LOS SÍNTOMAS
En su fase inicial, la diabetes tipo 2 no produce síntomas y sólo es diagnosticada tras la realización de un análisis clínico.
SI bien en un principio es un “enemigo silencioso, en determinado momento el organismo te expresa que la glucosa no llega en cantidades suficientes a las células de los diferentes tejidos y empieza a acumularse en la sangre”, comenta el doctor Jeremías Sánchez, experto en trastornos de diabetes en todas sus etapas.
Entre los síntomas, están: Sensación de fatiga, micción frecuente, sed y hambre a horas inusuales del día, visión borrosa; en los varones, problemas de erección e irregularidades menstruales en la mujer no menopáusica; dolor o entumecimiento de pies o manos y, en ocasiones, pérdida de peso.
Por ende, el galeno recomienda que las personas mayores de 40 años, en particular si tienen antecedentes familiares, se hagan estudios clínicos de manera periódica, en los que se incluya la medición de la glucosa en sangre.
Ello –anota- “permitirá al médico indicar el tratamiento más adecuado para el paciente, a fin de controlar de manera más oportuna la presencia de azúcares en la sangre”.
ANTECEDENTES FAMILIARES Y GENES
La diabetes tipo 2 constituye uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, y si no se trata de manera adecuada, pueden generar graves complicaciones como: neuropatías, infartos de miocardio, ictus, afecciones de la retina que pueden llevar a la ceguera y amputación de extremidades inferiores, entre otras.
Si bien los antecedentes familiares y los genes juegan un papel importante, también una dieta deficiente, el sobrepeso y obesidad y un estilo de vida sedentario, entre otras causas que debes revisar en https://sosdiabetico.com/sistema-diabetes-pdf/, a fin de conocer los riesgos de padecer esta enfermedad crónica.
Una patología que se ha convertido en una pandemia mundial -anota el doctor Sánchez-, y los datos duros son elocuentes:
Una de cada once personas tiene diabetes en el orbe; ocupa la 8ª causa de muerte con 1.5 millones de decesos anuales y por si ello no fuera suficiente, 2.2 millones de defunciones están vinculadas a los elevados niveles de glucosa en la sangre.
CÓMO TRATARLA A TIEMPO
Una forma simple de tratar y manejar la diabetes mellitus es manteniendo un peso corporal saludable. Para ello, debes ingerir alimentos sanos, llevar un estilo de vida activo y dejar de beber en exceso y fumar.
“Al principio, el fin del tratamiento debe ser bajar el alto nivel de azúcar en la sangre. A largo plazo, los objetivos son prevenir complicaciones que pongan en riesgo la vida del paciente”, enfatiza el entrevistado.
Apunta que una excelente forma de lograrlo es realizando ejercicio regular, pues ello permitirá disminuir, sin medicamentos, el nivel de azúcar en la sangre; mejorar la circulación y la presión arterial; quemar el exceso de calorías y grasa, y aumentar el nivel de energía del paciente.
Si el ejercicio y una alimentación adecuada no ayudan a mantener tu azúcar en la sangre en niveles adecuados, el médico entonces se apoya de los medicamentos.
Y si pese a éstos el azúcar en la sangre aún no puede controlarse, el doctor entonces recomendará la insulina. Ésta se inyecta y otra forma de insulina se inhala.
CUIDADO CON LAS EXTREMIDADES INFERIORES
La diabetes ocasiona daños en los nervios –comenta el doctor Jorge Alberto Pérez-, lo que provoca que tus pies sean menos capaces de sentir dolor, frío o calor. Por ello, “si no se estás al pendiente, puedes sufrir una lesión en las extremidades inferiores y no darte cuenta hasta que aparezca una infección seria”.
Igualmente puede dañar los vasos sanguíneos y provocar pequeñas fisuras en la piel que pueden convertirse en úlceras cutáneas. Y si éstas se hacen más profundas o se infectan, la extremidad afectada podría ser amputada.
No obstante, la persona diabética puede mantener un estilo de vida saludable y productivo, si se llevan los controles y cuidados adecuados, pues “la diabetes no debe ser vista como una condena de muerte, sino como el inicio de un nuevo y mejor estilo de vida”, finaliza el doctor Jorge Alberto Pérez.